Segundo encuentro ante la emergencia nacional.

Nuestro país vive en un estado de emergencia, situación que se constata día tras día en nuestra vida diaria, el hambre, el desempleo, la exclusión, la violencia. Violencia desarrollada por el gobierno y que invade todos los espacios de nuestra vida, violencia de las balas, con la "guerra contra el narco", y la violencia cotidiana, de la falta de oportunidades, de los despidos injustificados, la falta de vivienda, salud, etc.

Por ello, en esta situación de tanta pena para nuestro pueblo, es necesario desarrollar procesos organizativos, este es un espacio para que platiquemos, para que nos pongamos de acuerdo, en ¿Qué hacer? ante esta situación.

martes, 8 de noviembre de 2011

Primer encuentro ante la emergencia nacional


CONVOCATORIA

AL ENCUENTRO NACIONAL PARA REFLEXIONAR Y ACTUAR
SOBRE LA SITUACIÓN DE EMERGENCIA
QUE VIVE NUESTRA PATRIA

Las y los firmantes de esta convocatoria queremos abrir un espacio para compartir análisis y reflexiones sobre la situación de emergencia nacional, valorar las consecuencias derivadas de la estrategia de guerra y de las políticas estatales contrarias a los derechos humanos, sociales y económicos de la sociedad, así como para proponer las perspectivas y posibles respuestas unitarias.
Vemos con preocupación la violencia presente en varias regiones del país, la que amenaza con extenderse a todo el territorio. Constatamos el creciente número de muertos, desaparecidos, desplazados, de víctimas sin rostro ni rastro que por su pobreza son condenados sumariamente por la autoridad de ser criminales.
Nos duelen los llamados daños colaterales de la guerra -niños, mujeres y hombres víctimas inocentes-, que son parte de un cálculo frío de los costos de una estrategia militarista cada vez más cuestionada y rechazada por la sociedad. Nos indigna que en esta guerra el cuerpo de las mujeres sea un botín y se haya incrementado la violencia feminicida, así como incrementado el tráfico con fines de explotación sexual de niñas, niños, jóvenes y mujeres. Nos alarma la grave situación de las y los migrantes latinoamericanos tratados como mercancía de explotación y comercio por parte de las fuerzas criminales, en abierta complicidad con fuerzas gubernamentales.
Confirmamos con preocupación la extensión de la violencia hacia las personas dedicadas al periodismo y la defensa de los derechos humanos, así como a dirigentes de organizaciones sociales y de los pueblos indios, a la que se suma la exclusión ancestral que padecen. Con preocupación por un Estado corrompido y corruptor, por la impunidad, por una clase gobernante doblegada y sumisa a los dueños de los dineros ilícitos proveniente de los cárteles. Con preocupación por la guerra del gobierno que fractura y rompe el tejido social, lastima y atenta la convivencia de sus integrantes, además de confrontarlos con las autoridades.
Debajo de todo lo anterior, nos preocupa también la sistemática y creciente violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas gubernamentales, activas en un modelo de mayor militarización y para-militarización diseñado y propiciado por el gobierno estadounidense, a pesar de entrar en abierta contradicción con las recomendaciones de la ONU para el combate al narcotráfico y el crimen organizado.  Así, nos alerta la ilegal y autoritaria propuesta de Ley de Seguridad Nacional, que establecería el marco jurídico favorable al tal modelo militarista, de corrupción e impunidad. Con todo ello, percibimos el empuje hacia un estado autoritario, penetrado, cooptado, represivo y restrictivo de los derechos humanos, políticos y sociales.
Sin embargo, el gobierno promueve esta guerra al margen de la legalidad, en contra del Estado de derecho y de la Soberanía nacional. Son claras las señales del aumento de la injerencia directa del gobierno norteamericano, a través de diversas organizaciones y agencias de su seguridad, en decisiones que comprometen nuestra independencia como nación libre.
En este marco -que se agrava con el inicio tenso y polémico de la disputa electoral-, comprendemos como organizaciones y movimientos sociales que detener esta guerra y construir condiciones de Paz se ha convertido en una lucha prioritaria y convergente que debemos vincular con nuestros diversos procesos y agendas. Nos duele y nos involucra luchar para que no haya más muertes, ni más desapariciones, ni personas desplazadas, ni daños colaterales, ni más sangre. Estamos convencidos que tenemos la responsabilidad de luchar contra el actual concepto y estrategia militarista de seguridad por una que promueva la Paz, con justicia y dignidad.
Así, nos proponemos realizar un ENCUENTRO NACIONAL para analizar y proponer medidas y acciones unitarias orientadas a lograr la PAZ y poner un ¡alto a la GUERRA! Para ello nos estamos convocando el próximo sábado 22 de octubre de las 10 AM a las 14 horas, en las UNIVERSIDAD OBRERA DE MÉXICO, ubicadas en la calle de San Idelfonso 72, Centro Histórico (Metro Zócalo).
La propuesta es buscar juntos los ejes y criterios para vincular esta lucha unitaria por la Paz con nuestras diversas luchas y posturas particulares. Para ello, pensamos que en Grupos de Trabajo debemos profundizar respecto de varios temas centrales, como los  siguientes: Construcción de Paz y Alto a la Guerra; Verdad, Justicia y Derechos de y desde las Víctimas; Desmilitarización y desparamilitarización; Soberanía Nacional y legalidad, en contra de la corrupción e Impunidad; Defensa y lucha por los derechos humanos, sociales, indígenas, laborales, ambientales y civiles en contra del autoritarismo y represión; Los retos de la unidad y de una agenda unitaria básica.
Las personas y organizaciones inicialmente convocantes invitamos a un encuentro ciudadano plural, amplio, incluyente, representativo, bajo un clima de respeto y tolerancia, sin imposiciones y con humildad, para reflexionar juntos sobre la situación de emergencia en la que se encuentra nuestro país y cómo hacerle frente con mayor eficacia. Nos anima el respaldo y respeto recíproco con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, a cuyo reclamo desde las víctimas no podemos cargar todas las expectativas e iniciativas; nos animan igualmente el movimiento ¡No Más Sangre! y los diversos esfuerzos regionales. Por ello, en sintonía y complementariedad, las y los que aceptamos participar en este gran esfuerzo unitario lo hacemos sobre la convicción de que para detener esta atroz guerra, y lograr la verdadera Paz con justicia, libertad, igualdad y dignidad, será necesaria la suma de muchas voces, el esfuerzo de millones de mujeres y hombres, caminando codo con codo, actuando en común por el rescate de la patria.

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